
Queremos
afilar nuestras ideas, en cuanto las consideramos como armas en
contra de la dominación y las lógicas e instituciones que la
mantienen. Las ideas son peligrosas en cuanto se cuestionan, se
reformulan, nos inquietan y nos invitan hacia la acción. De lo
contrario se transforman en dogmas, en armaduras mentales, en
certezas que solo nos apaciguan.
Estamos
en contra de la civilización, sus métodos, infraestructura e
ideología, ya que para su mantenimiento necesita expandir sus
redes de alineación, vigilancia, consumo, control, y producción.
Apuntamos nuestras vidas a hacerlas una aventura, desenmarañando las
telarañas que la restringen.
Nos
posicionamos como anti-especistas. No creemos en que hay
diferenciarnos con los animales, como también rechazamos
considerarlos como mercancía. Deseamos la liberación total, y esta
significa el desplome de carnicerías, jaulas, criaderos, granjas,
mataderos, laboratorios, etc…
No
somos ni esperamos ser expertos de la propaganda, y nos asumimos en
un eterno aprendizaje. Apostamos por aprender colectivamente con
otros, con quienes sintamos afinidad, y que deseen expandir los focos
de insurrección.
Históricamente
los anarquistas y anti-autoritarixs han redescubierto una y otra vez
el valor de la tinta en el papel, no como un fetiche, y mucho más
que literatura política en pos de fortificar los castillos de la
intelectualidad burguesa, como una herramienta de ataque al orden
establecido. He ahí nuestra intención de que las letras que
propagamos sean una enfermedad que se transmita de mente en mente, de
labios en labios hasta conseguir el desplome de la civilización.